28 Nov Tratamiento para dejar de rumiar pensamientos
La combinación de ciertas características de personalidad y las altas demandas externas generan situaciones de estrés, objetivos, necesidades de logros,…que pueden desbordar el umbral de tranquilidad y expresar síntomas de ansiedad, miedos, sobrecarga, tensión, cambios en el apetito y en el descanso.
El pensamiento forma parte de nuestro proceso cognitivo, y está directamente relacionado con nuestras emociones y nuestros experiencias. Una de las expresiones de la ansiedad es el pensamiento rumiante, es aquel estado de alta activación de pensamiento que se vive como involuntaria, se siente incontrolable, es intrusiva, genera sensación de confusión, fatiga y cansancio psicológico y físico.
“Hay que sentir el pensamiento y pensar el sentimiento”.
Miguel de Unamuno
Al pensar elaboramos nuestra propia forma de interpretar la realidad y le añadimos una connotación emocional, tendemos a pensar que esta conclusión a la que llegamos sobre lo que pensamos es la propia realidad.
Acciones para que el pensamiento obsesivo disminuya
Analiza cuál es el origen del malestar que causa los pensamientos rumiantes
¿ Está en el contenido del pensamiento?, ¿Es el pensamiento rumiante una estrategia de distracción para no afrontar otras dificultades?
Practica la defusión
En la consulta de psicologos online trabajamos la diferencia de estos conceptos; al contrario que la fusión con el pensamiento, la defusión es una actitud más proactiva, donde uno se distancia de pensamiento viéndolo como un observador ajeno.
La solución es parte del problema;
Es habitual que ante situaciones que desencadenan esta agotadora máquina de pensar, la propia necesidad de buscar una solución acabe formando parte del problema, el impulso de pensar en el tema que resolver no acaba en una solución y se mantiene la espiral en continuo movimiento; tenemos el problema, y el problema de pensar en él.
Se psicológicamente flexible
Saber adaptarse a los cambios continuos de la vida, entender que las expectativas no siempre son lo que la realidad nos depara y poder hacer de estas situaciones momentos de aprendizaje y crecimiento te posicionan en un lugar privilegiado para el desarrollo de tu potencial.
No te preocupes y reduce tus rumiaciones
No te preocupes por aquello que no puedes cambiar, acéptalo y crea metas que puedas conseguir para mejorar tu bienestar. Ir caminando a pequeños logros como mejora con el método Kaizen, hace el camino menos cargado. Combina aquello que te estresa con momentos de actividades placenteras. Pensar, sentir y hacer de cada día momentos con amor, ternura, paz y humor son indispensables para centrarte en el presente y recuperar la sensación de equilibrio y autocontrol.
Combina lo psicológico y lo corporal
Es fundamental no descuidar la alimentación, comer sano y equilibrado, no abusar del alcohol, la cafeína ni los dulces. La actividad física libera endorfinas y sustancias que nos proporciona sensación de bienestar. También es un buen método para gastar la energía y el estado de activación del estrés.
El apoyo social, comparte tus pensamientos
Otro punto importante es el aspecto psicosocial, el apoyo de la estructura de la familia y los amigos nos genera sensación de pertenencia y de compañía, es más fácil cuidarse cuando se tiene el apoyo de otras personas. Tener una persona confidente con la que poder expresar emociones y conflictos es una manera de organizar nuestro pensamiento, dar estructura a las ideas y comprometerse con las soluciones.
“No trates de expulsar los pensamientos. Dales espacio, observalos y déjalos ir”.
Jon Kabat-Zinn
La rumiación es un estilo de respuesta ante distintas expresiones de malestar psicológico. Trata de ser un mecanismo de afrontamiento de las emociones implicadas es alteraciones psicológicas como la depresión, la ansiedad, control de impulsos, adicciones y otros.
Los pensamientos obsesivos o rumiaciones son un mecanismo que se inicia asociado con síntomas de malestar y que genera malestar, por ello recomendamos que el mejor tratamiento es tener una higiene mental. Siendo consciente de los pensamientos rumiantes como un estilo de respuesta, la práctica de otros recursos de bienestar como los que proponemos tienen el objetivo de acabar por suplir las rumiaciones y reducir el displacer.
El pensamiento es un aliado en nuestra vida que nos soluciona un montón de cosas, es fundamental para nuestro desarrollo. En esta característica de pensamiento repetitivo que no tiene tanto sentido como el que le damos en general el pensamiento pasa a ser algo paradójico, o jugando con las palabras, como suelo decir, pasa a ser algo más bien “para-lógico”. Al ver que pensamos demasiado se activa la lógica común que trata de resolver el problema haciendo lo contrario de pensar, querer no pensar en aquello en lo que se está pensando mucho, y al final los intentos de tratar de salir de ahí, en realidad agravan el problema.
El ejemplo más simple es tratar de seguir la siguiente consigna:
“Deja de pensar en un elefante blanco”, avísame cuando hayas dejado de pensar en un elefante blanco.
“El problema es que lo que hacemos para intentar salir de ahí, en realidad agrava el problema”
Así es, intentar no pensar en el elefante azul paradójicamente hace que prestemos más atención e intención en esos pensamientos y se termina en una pelea perpetua con uno mismo.
Somos conscientes de que se tratan de pensamientos exagerados que conectan con ciertas preocupaciones y que dan pie a diferentes escenarios; desde los más amables y tranquilizadores a aquellos más difíciles y preocupantes. Y la cabeza irá de un lado a otro desgastandonos.