04 Nov Pensar, sentir y hacer.
El bienestar psicológico es el equilibrio necesario entre pensar, sentir y hacer.
Blaise Pascal dijo “Si no actúas como piensas, terminarás pensando como actúas”.
La propia estructura psíquica tiende a la coherencia y cuando se desajusta surge el malestar.
Para poder ser honestos con un mismo es fundamental escucharse y conocerse en varios aspectos. El pilar básico es satisfacer las necesidades propias como en la pirámide de Maslow, se comienza desde la base y se va ascendiendo en el camino de conocimiento interior.
Las áreas de educación en la interioridad para Luis González en su libro “Educar la interioridad” son cinco principales;
- En la calma, la introspección y la paz.
- Autoconocimiento, aprendiendo a ser.
- Expresión del mundo interior; educación emocional, educar la sensibilidad, educar la belleza y la creatividad.
- Cosmovisión; educar en la verdad, el arte de preguntar y la filosofía.
- Proyecto de vida; la bondad y los valores
Para poder ser coherentes y tener estabilidad emocional con nuestra forma de pensar, sentir y hacer, debemos esclarecer nuestra escala de valores genuina y no la que nos proyecten, ni la que tratemos de adoptar de fuentes externas. Y con la combinación de estos elementos podemos ver cuál es nuestra dirección en la vida y el estilo de vida que armoniza con el interior.
En este camino de crecimiento es fundamental encaminarse y lograr la aceptación de uno mismo. En el desarrollo de la vida se va fraguando una imagen; nuestro autoconcepto, que es la base de una autoestima y una relación con el entorno social.
Desde la infancia nos vamos definiendo interiormente con las percepciones sobre uno mismo, las herramientas y carencias para expresar los sentimientos y pensamientos, las cualidades y capacidades que valoramos de nosotros mismos y de los demás el propio respeto y cuidado. Y el pensamiento sobre nosotros mismos, nuestro autoconcepto.
La vida no está hecha para ser felices, el ser humano es un ser vivo y su primer objetivo es sobrevivir, y como en la pirámide de Maslow, podemos ir subiendo niveles, tener objetivos individuales y sociales….el bienestar emocional tiene una base oscilante, que según el momento de la vida se trunca y el bienestar se pierde, no podemos sujetar el escalón de arriba cuando la misma supervivencia se ve cuestionada, solo una vez superado ese tránsito se vuelve a construir los escalones, sobre los mismos escombros que quedaron y con nuevo material, esas son las cicatrices, los traumas o los bloqueos que impiden continuar y alcanzar lo deseado. Es igual que tener una neumonía y querer correr una hora seguida para entrenar.
Vivir en plenitud y felicidad depende de cómo uno interpreta lo que la vida te propone.
BVG Psicología en psicólogos Málaga