Recuerda: Durante esta práctica, respira de manera diafragmática, permitiendo que el aire llene tu abdomen en lugar de tu pecho. Inhala y exhala suavemente por la nariz. Siente cómo tu vientre se expande con cada inhalación y se relaja con cada exhalación. Esta respiración profunda y lenta ayuda a calmar tu sistema nervioso y facilita la relajación en todo el cuerpo.
– «Encuentra una posición cómoda, ya sea sentado o recostado. Cierra los ojos suavemente y toma una respiración profunda. Al exhalar, permite que tu cuerpo comience a relajarse.»
– «Lleva tu atención a tu cabeza. Relaja el cuero cabelludo, la frente y los músculos alrededor de tus ojos. Siente cómo cualquier tensión se disuelve con cada exhalación.»
– «Desciende hacia tus mejillas y mandíbula, permitiéndoles soltarse y relajarse.»
– «Lleva tu atención a los hombros, sintiendo su peso. Con cada exhalación, permite que se relajen y se hundan.»
– «Ahora, enfoca tu atención en tus brazos y manos. Siente cómo se vuelven pesados y relajados.»
– «Dirige la atención al pecho y al abdomen, sintiendo cómo se expanden suavemente con cada respiración y se relajan en la exhalación.»
– «Lleva tu atención a tus piernas, permitiéndoles soltar cualquier tensión, y finalmente a tus pies, sintiendo cómo se relajan completamente.»
– «Toma una respiración profunda y siente todo tu cuerpo relajado y en calma. Cuando te sientas listo, abre los ojos lentamente y toma un momento para apreciar esta sensación de tranquilidad en todo tu cuerpo.»
Este breve escaneo corporal permite relajar el cuerpo en pocos minutos, promoviendo la calma y el bienestar. Es ideal para momentos de estrés o como preparación para una meditación más larga.
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