04 Mar Deja de ser ego
El ego al que nos referimos en este texto es el que expone Eckhart Tolle. Tolle habla del ego como la voz interior que nos hace pensar en el pasado que no disfrutamos o el futuro utópico, nos compara con otros, nos coloca como inferiores, y nos critica en todo lo que acaba como resultado de nuestra vida.
Nos comparamos, envidiamos, codiciamos, sufrimos,…todo desde el ego que nos separa del otro y de nosotros mismo creando inestabilidad emocional.
Véase aquí el origen de la neurosis, la no aceptación de la vida, siendo vida.
Estos estados mentales tienen una función, la de continuidad, avance y reactualización. Es algo adaptativo cuando nos ayuda en la supervivencia, pero en el plano psicológico se dispone como una limitación que crea sufrimiento.
Entendiendo el ego como ese dialogo interior en lucha constante con lo que ES, que llena la mente de ruido en forma de pensamientos sobre un pasado nunca suficientemente bueno y un futuro inalcanzable donde está la felicidad anhelada al que no podemos llegar por las limitaciones personales o externas. La trampa de la neurosis se viste de largo para envolvernos en un estado mental desconectado con el presente, cuando el presente es nuestra propia esencia.
La metáfora
La metáfora que podría emplear para describir en imagen el ego y la neurosis es como si en el plano físico, para alimentar nuestro cuerpo, nos dedicáramos todo el tiempo a tratar de planificar lo que haremos con la comida que queremos ingerir, lo escribimos, lo estudiamos, dejamos la comida, esa manzana en la mesa, la pensamos; si fuera más grande, si fuera verde en lugar de roja, si hubiera dos, si fuera de día, si tuviera caramelo….y pasa el tiempo y tenemos la manzana, la tocas, la hueles, la cambias de sitio…la abres, la miras…si, todo menos comerla, masticarla, digerirla, aprovechar sus nutrientes y expulsar los deshechos.
Y sucede que el cuerpo necesita comer y no esta comiendo en proporción con lo que necesita y el desgaste de todo lo que ha surgido en torna a la manzana; sufrimiento en vano.
El ahora
Estar presente nos alivia, la sensación de recargar energía cuando se hace alguna actividad donde se esta concentrado, como hacer deporte, bailar, pintar, yoga, cantar, suponen conectar con nosotros y acallar el ego, sus miedos, sus deseos, sus expectativas, su crítica…su incesante cháchara agobiante.
La vida es ahora, siempre es ahora, sólo podemos ir al pasado en formas de recuerdos, desde el presente. Sólo podemos pensar en el futuro, desde el presente y cuando ese futuro llega, no es futuro, es presente.
La vida es tal cual, se presenta sin más, neutra, la vida ES, el pensamiento de lo que nos gustaría que fuera y No es, no lo da la vida, lo genera el pensamiento desconectado de su origen y atrapado en el ego que se resiste a la realidad tal y como es. podemos caminar por este sendero desde la reflexión, el apego forma parte del ego y el perdón nos libera.
Identificarse con la mente es llevar la sensación de realidad al mundo de lo imaginario, es dejarse llevar por el pensamiento o la emoción y construir la ilusión, las creencias.
E. Tolle
El olvido del Ser
Extracto de: Un nuevo mundo, ahora por Eckhart Tolle
El ego es siempre identificación con la forma, buscarte ―y por lo tanto perderte― en alguna forma. Formas no son solo los objetos materiales y los cuerpos físicos. Más fundamentales que las formas externas ―objetos y cuerpos― son las formas de pensamiento que surgen constantemente en el campo de la conciencia. Son formaciones de energía, más sutiles y menos densas que la materia física, pero aun así son formas. Lo que tú puede que percibas como una voz dentro de tu cabeza que nunca para de hablar es la corriente de pensamiento incesante y compulsivo. Cuando cada pensamiento absorbe por completo tu atención, cuando estás tan identificado con la voz de tu cabeza y las emociones que la acompañan que te pierdes en cada pensamiento y en cada emoción, entonces estás totalmente identificado con la forma y, por lo tanto, en las garras del ego.
El ego es un conglomerado de formas de pensamiento recurrentes y pautas mentales y emocionales condicionadas a las que conferimos un sentido del «yo». El ego surge cuando nuestro sentido del Ser, del «yo soy», que es conciencia sin forma, se enreda con la forma. Esta es la consecuencia de la identificación: el olvido del Ser, el error primordial, la ilusión de separación absoluta que convierte la realidad en una pesadilla.
Más allá del ego: la verdadera identidad
Cuando el ego está en guerra, no es más que una ilusión que lucha por persistir. Esa ilusión cree que es tú. Al principio no es fácil estar ahí como la Presencia testigo, sobre todo cuando el ego está en modo de supervivencia o se ha activado alguna pauta emocional del pasado, pero en cuanto has tenido ocasión de probarlo, el poder de tu Presencia crecerá y el ego aflojará su presa sobre ti. Y así surge en tu vida un poder que es mucho más grande que el ego, más grande que la mente. Lo único que hace falta para liberarse del ego es ser consciente de él, porque la conciencia y el ego son incompatibles. La conciencia es el poder oculto tras el momento presente. Por eso también podemos llamarlo Presencia.
El propósito último de toda existencia humana es traer ese poder al mundo. Y por eso no puede convertirse la liberación del ego en un objetivo que se espera alcanzar en algún momento futuro. Solo la Presencia puede liberarte del ego, y tú solo puedes estar presente ahora, no ayer ni mañana. Solo la Presencia puede deshacer el pasado en ti y así transformar tu estado de conciencia.
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