29 Nov Cómo percibimos la realidad
¿Se puede cambiar la forma de interpretar nuestros problemas?
¿La realidad tiene más de una forma de entenderse? ¿Son las cosas realmente como creemos? Hay más de una realidad posible?
En la vida diaria nos encontramos con situaciones que nos hace sentir enfadado, mal, impotentes…etc, son momentos que podemos vivir en nuestra vida personal, familiar, laboral o social. Nos sentimos mal ante dificultades, conflictos y problemas que nos generan sentimientos negativos de tristeza, decepción, desesperanza, pesimismo y sufrimiento, que nos afecta e influye en el estado de ánimo, en nuestra actitud y nuestras relaciones sociales.
Las situaciones vividas son neutras, nuestra interpretación es lo que concede una connotación positiva, neutra o negativa y de esta connotación nuestros pensamientos y emociones se contagian. Cuantas más interpretaciones positivas o negativas tengamos así será nuestra perspectiva sobre la vida y lo que vivimos en ella.
¿Qué es la realidad?
En el caso que nos ocupa hablamos de realidad subjetiva, que es la que nos implica en los procesos psicológicos. La realidad podemos entenderla como un sistema de significados de lo que se presenta ante el observador. La realidad subjetiva es la que depende de la percepción del individuo formando parte del mundo interior de cada uno y de su diálogo interno. La realidad se filtra a través de evaluaciones subjetivas, deseos, opiniones y pensamientos propios que dan lugar a la realidad subjetiva, luego, es posible que una realidad pueda ser interpretada de distintas formas según la persona que lo viva.
Una idea particular, subjetiva, de la realidad que se presenta ante nosotros puede ser la fuente de nuestros problemas. El acceso a la realidad exterior es posible a través de nuestros sentidos y la interacción de aquello que percibimos con nuestras experiencias pasadas, de modo que se construye una representación mental y particular de la realidad.
Los sesgos
La interpretación de la que dotamos la realidad con la que interactuamos es el significado positivo, neutro o negativo que nos afecta y con lo que interactuamos con el exterior. Las personas con sesgo positivo se fijan más en aquello positivo que le reporta la realidad y la dota de un significado más placentero para sí mismo, luego su estado de ánimo es más positivo pues mira las cosas con mayor benevolencia.
Aquellas personas que tienen el sesgo con tendencia más negativa tienden a buscar aquello que se pueda percibir como amenazante, arriesgado, peligroso, criticable o mejorable. De tal forma que el mundo se percibe con desconfianza y más peligroso.
Insisto en que las realidades son neutras y cada persona, su cultura, su momento, va a percibir la situación y va a tener una respuesta a esa manera de percibirla. Y con ello es cómo va a interactuar.
Las creencias
La pareja, el entorno, la familia y la misma persona, crea creencias sobre el mundo que viven y se generan significados e ideas concretas que se generalizan como reacciones y respuestas ante la vida. Las creencias nos permiten relacionarnos con el mundo y responder en previsión, de acuerdo a las creencias que se tienen para beneficio personal, y que terminan influyendo en la autoestima.
Las tendencias para interpretar la realidad subjetiva se transforma en comportamientos, emociones y sensaciones que son origen de nuestro nivel de bienestar o malestar. Son ideas de cómo debería ser la realidad que se nos presenta.
“La realidad puede ser interpretada de distintas formas según la persona que lo viva”
Tratamiento psicológico para el sesgo en la interpretación de la realidad
El tratamiento psicológico se realiza incidiendo en la reestructuración cognitiva, se trata de reprogramar las interpretaciones disfuncionales y liberar las realidades de la carga negativa perjudicial para la persona.
El trabajo se apoya también en la flexibilidad psicológica para que la persona abandone tendencias de pensamientos rígidos que no le permiten adaptarse a la dinámica de la vida y las variaciones que se dan.
Se implementa la necesidad de adaptarse a la vivencia sin prejuicios sobre lo que nos está pasando para disminuir el nivel de preocupación y dramatismo en casos de inestabilidad emocional.